El día en que se apagó la luz.

El día en que se apagó la luz.


Hoy sucedió algo que pocas veces ocurre, mi casa, mi barrio, mi ciudad quedaron completamente a oscuras, la luz dejó de ser y, nuevamente, el negro se apropió de nosotros. 

Todos los años de avances científicos colisionaron, y así, si, pude ver que no todo es tecnología. Solo en ese momento comprendí que nuestra época es solo un punto más dentro de una inmensidad temporal y espacial. 
Tome el teléfono y constate que el wifi ya no me acompañaba, los datos me andaban mal producto del apagón, y para colmo la batería estaba rondando unos escasos 20 %, fue en ese momento cuando maldecía no haber cargado el teléfono antes. Allí cuando vi morir la última gota de energía que le quedaba a ese aparato con el que convivo diariamente, comprendí que no todo es luz, y más aún, que toda luz un día se apaga.
Salí al patio con la esperanza de encontrar un destello que alumbre mi camino, sin embargo todo era negro, todo parecía ser irreconocible, e incluso mi perro tuvo que acercarse despacio ya que dudaba de lo que yo era. 
Una vez solo, comencé a observar la oscuridad. Me di cuenta que esta, es infinita, espesa y bastante fría. Comprendí que dudar de todo lo que me rodeaba era la única forma de empezar a reconocer cada una de las cosas que estaban a mi alrededor. Allí dudando de todo comencé a entender que el miedo a la oscuridad es un claro temor a no poder controlar todo. Ese miedo que tenemos no es a lo nuevo, sino más bien está relacionado con lo impredecible. Constantemente queremos llevar el control de todo pero no entendemos que no es así, que no nos basta con nuestra propia luz para romper nuestro temores. 
Estar en un ambiente tan oscuro es lo más similar a soñar, es así como nos encontramos en un espacio donde todo nos parece nuevo, donde a cada paso vamos dudando más y más, pero lo más importante es que aquí, al igual que en el mundo de los sueños, nuestros máximos temores salen a la luz y nos dejan desnudos. Así es como vamos intentando esquivarlos pero sin embargo cada vez caemos más y más profundo. 
Al igual que en una pesadilla, en la eterna oscuridad de la noche, sentimos la necesidad de ver luz, de encontrar algo que nos guíe. Porque al final somos eso, seres que se manejan por los sentidos, a tal punto que estos muchas veces nos engañan, pero sin embargo aceptamos estas falsedades solo porque nos da una sensación de realidad, porque al fin y al cabo preferimos una mentira que sea creíble a una realidad por descubrir. 
Somos enemigos de lo inimaginable, y así nos conformamos con lo real, sólo porque tememos a los caminos oscuros que tenemos que recorrer.

Escrita el día 19/1/2020
Ig: jere.gonzalez99
Tw: JereGonzalez99

Comentarios

Publicar un comentario

Tendencias.