Caí en la red.

Caí en la red. 

Que antagónico es comunicarse por las redes sociales, es como estar siempre a un paso del abismo, pero al mismo tiempo estar a metros de alcanzar la llegada de nuestro objetivo supremos. 
Se llaman redes porque nos hacen alejarnos de lo real, nos atrapan y nos transforman en monstruos dependientes de reacciones, nos olvidamos que tratamos con personas y creemos que siempre se debe dar algo que nos saque del estrés diario. Vivimos desesperado por un like, por el nuevo filtro de snapchat, porque nos respondan una historia o por tantas cosas, que no somos capaces de ver a quien en la vida real no está dando su "like". 
Las redes se convirtieron, gracias a nuestro consumo, en sistemas generadores de emociones, y nos olvidamos que esas sensaciones las generan las personas, las que también llegan a las redes para "desconectarse"; pero al igual que uno terminan cayendo en la trampa, caen en las redes con el fin de descansar, pero la trampa es tan represiva y efectiva, que asumimos que en dichos actos somos libres, pero la ilusión es tan grande que no vemos el totalitarismo de nuestra represión.
Me gustaría decir que vivimos, pero no es así, nadie vive hoy, solo nos dedicamos a sobrevivir entre el dolor y la felicidad, la que es tan, o más, efímera que un posteo o una historia, la que se busca insaciablemente pero, se consume inminentemente una vez obtenida.
Recorremos el camino de la vida por inercia, porque al igual que el mundo gira, nosotros "vivimos", giramos sobre el calendario, como quien juega al juego de la vida y recorre un sendero que parece estar ya dibujado, y al que nunca nos oponemos. No salimos de esa línea, no nos detenemos a mirar la desolación y la necesidad de ser, que nos acompaña a cada uno en el día a día. 
¿Que somos? Somos grandes vendedores de emociones, pero es menester decir que también consumimos esas grandes emociones; día a día buscamos vender la receta de la felicidad mediante lo que demostramos ser, y eso la gente lo compra, pero cuando abre el paquete ve que solo somos un falso comercial, nos vendimos primavera eterna pero tenemos más de un día de  invierno, eso se denota cuando se rompe el vidrio y sale todo nuestro delirio, el dolor, el color negro del fondo del mar, la profundidad eterna …  
Todo concluye, la soledad del camino es parte de cada uno, siempre nos acompañará, somos seres individualistas y crecemos en una sociedad que quiere eso de nosotros, y deberemos de soportarlo, hasta el final … el final.

Escrita el día 2/11/2019.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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