Desequilibrio.

Desequilibrio.


Una de cal y una de arena … 
El ying y el yang … 
El karma …
Poner la otra mejilla … 
Todas son mentiras, todas. Ninguno de esos cuentos son reales, ya no hay historias con finales felices.
Nos criamos creyendo en las vueltas de la vida, que siempre después de algo malo viene algo bueno, pero no es así. Nuestra vida no es así, y nunca lo será. 
Nos vivimos codeando con la derrota, esta es nuestra única compañera incondicional en el viaje de la vida, siempre llevamos las de perder; y aún así nos quieren hacer creer que lo bueno se va a dar solo con motivo de equilibrar la balanza, que se va a dar porque la tierra es redonda y todo lo bueno vuelve. Nunca nos aclararon que el éxito es solo una excepción en la vida, y aún peor, nos hacen creer que todo se valora en cuanto al éxito que obtengamos.
Dejen de mentirnos, dejen de dominarnos. Nos quieren sumisos, quieren que no tengamos fuerzas para la respuesta.
La balanza de la vida no existe, muchos dicen que si, pero aún así nadie nunca la vio. Es tan irreal como las monedas de oro al final del arcoíris. 
Nada nunca nos va a pasar porque la vida lo decide, porque el destino nos lo tenía preparado o porque un tal Dios lo quiso. Todo depende de nosotros, de querer ser o no ser; y no, de ser o no ser. Querer, hacer, moverse, esa es la verdadera piedra que hace emparejar la balanza. Pero pese a todo nuestro esfuerzo nunca nada va a lograr romper de forma total nuestra sumisión para con el dolor y la derrota. Nunca vamos a equilibrar este partido, porque durante años nos prestamos a estos juegos sin sentidos, porque al fin y al cabo aceptamos el peor de los males y lo tomamos como propio, y con esto me refiero a la rutina. Esa es la verdadera batalla que hay que dar, porque es ella la que nos condena a ser lo que somos, es ella la que dice que tenemos que cumplir obligaciones durante 5 días y descansar 2, es ella la que nos da pocos días de vacaciones, es ella la que en medio de nuestro descanso nos hace extrañarla porque estamos aburridos, es ella la que nos desequilibra.
El equilibrio ya no existe, los grises, los miércoles, los cagones quedan en el camino.
Vivimos condicionados como el perro de Pavlov. 

Escrita el día 8/1/2020
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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