Maquina.

Maquina.

Creo que la mejor forma de describir al hombre es como una gran fábrica, pero no todos somos la misma, cada uno de nosotros posee distintas “máquinas” que nos van formando, que se prenden y se apagan, algunas más que otras, pero lo importante es que siempre están. Todos tenemos las misma, pero evidentemente estas no funcionan de igual manera.
Una de estas es la máquina de la felicidad, no importa la forma que cada uno le quiera dar, unos dicen que es una pelota, un pez, un libro, un buen chiste; pero lo único que importa es que es extraordinaria, a veces creemos que la felicidad es algo natural; pero yo no creo eso, ya que somos nosotros los que buscamos ser felices haciendo lo que disfrutamos y amamos, pero en esta búsqueda no hay que dejar de lado a los que nos rodean.
Muchas veces que alguien te sonría es suficiente para hacerte feliz, y esto me lleva a decir que la “maquina” del amor está más junta a la de la felicidad que ninguna otra, esta máquina del amor nos cambia la vida, nos activa muchas más máquinas, e incluso nos da vitalidad a algunas que no sabíamos que teníamos, nos saca la bronca, nos hace olvidarnos del tiempo, nos transforma para bien o para mal.
A veces creemos que somos fuertes o que no tenemos sentimientos, hasta que llega alguien que te sonríe y que te deja en shock, nos golpea y nos da miedo, esta genera una estruendo tan grande que nos lleva a dudar hasta de lo que nosotros creemos que somos.
Se puede llegar al amor por medio de la felicidad, pero también se puede llegar a la felicidad por el amor. ¿Cuántas veces nos traiciona la razón creyendo que no nos vamos a enamorar de alguien y que todo eso es una falsa historia? ¿cuantas veces negamos algo solo por vergüenza o por miedo? ¿por cuánto tiempo vamos a esconder lo que sentimos?. A todos nos paso alguna vez, queremos negar con la palabra algunos sentimientos, pero ahí es donde la felicidad se prende y no puedes ocultar nada porque sonreímos, donde nos cambia la cara, los ojos, el todo nos cambia, se transforma.
Es de no creer lo que genera una sonría, un nombre, o un gesto, son todos palabras abstractas, pero nosotros le damos sentido, le ponemos nombre, numero, momento y le damos nuestra pasión. Nada de lo que salga del corazón y de la pasión va a ser malo, a veces podemos lastimar o ser lastimado, pero lo que vale es ser genuino y tener la misma pasión cuando ganamos que cuando perdemos, porque muchas veces, por no decir en la mayoría de las veces, uno no consigue lo que espera, pero sabe que hizo lo que sentía que valía la pena y ese es desde ya el mejor premio que podemos tener, ya que hoy muy pocos se rigen por lo que ellos sienten.

Escrita el día 8/5/2017.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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