Otro domingo a la noche.

Otro domingo a la noche.

Hoy es domingo y es de noche, sumado a esto en algún lugar está sonando una canción que nos lleva al bajón, sin ir más lejos creo que todos sabemos que significa eso. 

El domingo es un día muy particular, ya que es el ying y el yang en esencia, es el blanco y el negro compartiendo escena, es ese día en que el todo comienza color de rosa, pero a medida que el reloj corre, el sol comienza a desaparecer y la oscura y frívola desolación nos azota. 

El domingo es la mayor injusticia que puede existir, es el día en el que nuestro descanso se termina, es el día en el que sabemos que la rutina nos va a volver a correr, es el día en el que nos damos cuenta de que somos insignificantes. 

Cada domingo a la noche nos encontramos solos, y eso nos hace temer, nos hace caer en el pozo de la desolación, una vez en este, todos nuestro recuerdos nos inundan de una forma extremadamente abrumadora. Y gracias a estos nos encontramos completamente indefensos, a tal punto que nada podemos hacer para salir. Cada vez que queremos intentar levantarnos vemos como las olas nos golpean y nos obligan a quedarnos aquí. 

Todo a nuestro alrededor es agua, nos encontramos en una pecera de lágrimas y no sabemos por qué. Nuestro corazón se hace añicos y nosotros lo vemos y lo sentimos, pero no lo evitamos porque al final un poco nos gusta este dolor; nos gusta como quien se aprieta un moretón. Nos apretamos el corazón y le sacamos hasta la última gota de dolor.

Nuestros ojos son finos cristales que están al borde de estallar. Parece que nada los puede fortalecer, salvo tu mirada, esa que es la esperanza misma, que nos hace ver que no todo está perdido, y que el sol va a volver a salir y secar nuestro gran derrochero.

Domingo, te odio; pero quiero verte en unos días, quiero que veas que estoy más preparado para soportar tus golpes. 

Cuídate, nos estamos viendo …

Escrita el día 26/1/2020.

Ig: jere.gonzalez.1

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