Te quiero ...

Te quiero ...

Duele mucho querer decir lo que uno siente cuando verdaderamente se nos genera un nudo en la garganta. Un nudo que no nos deja decir un te quiero, esos te quiero que no son dos palabras al azar, son esas dos palabras que de verdad tienen un sentimiento mucho más fuerte que el que algunos llegan a imaginar. Detrás de dos palabras, tan simples hay mucho, está la cultura de un determinado lugar donde nacimos y donde nos criamos que no son factores que tengan que quedar de lado. Aquí se dice te quiero, en otros lados te necesitó y otros con tal solo una mirada se dice lo que se siente. En grandes chances y ocasiones dejamos a mucha gente sin decirle lo que uno siente. Y la realidad más dura es la muerte y el nunca llegar a decirlo. 
La muerte el único futuro verdadero que uno tiene desde que nace, ese que es inevitable, del que nadie tiene escapatoria. Algunos creerán en la reencarnación, en la vida eterna, en renacer, en el mundo de los muertos, o vaya uno a saber en que más se puede creer. Pero la realidad es que yendo a un lado u otro, no hay vuelta atrás, una vez que entras en ese mundo paralelo vez como todas las puertas son de ingreso mientras que ninguna dice exit.
Vivimos bajo una idea mundial que las cosas se tienen que decir, que hay que ser activos y explosivos todo el tiempo, aunque para mi la forma de llegar más lejos es ir más lento en el día a día. Esto nos lleva claramente a que nuestra sociedad nos exija decir todo lo que se siente, y si no lo haces, podes ser tildado de cagon, de frío e insensible, sin embargo esas son palabras que como muchas se las lleva el viento, la realidad es que ver a alguien hoy en día decir lo que siente es más difícil que encontrar un duende al final del arcoiris.
El punto final es poder llegar a demostrar que es lo que todos somos, hoy muchos quieren vender de nosotros lo que ellos dicen que somos, y así si todos dicen ver una notable falta de dulzura o de sensibilidad, nos van a identificar con eso que todos ven, y no por lo que realmente se es.
Aquí se hace otro dicho que es “un ciego tiene la chance de ver más que muchos“. Estamos acostumbrados a consumir lo que vemos y no por algo que es buscado sino porque queremos ir tan rápido que somos ciegos, y no podemos frenar a observar aquello que nos rodea. Todos tienen la chance de ver pero muy pocos pueden observar y no dejarse llevar por una capa que quiera tapar lo que somos. Una capa que no nos la ponemos nosotros, sino  la sociedad …

Escrita el día 24/12/2016.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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