Los paradigmas.

Los paradigmas.


Desde que nacemos hasta que morimos estamos encuadrados en un bajada de línea constante donde nos quieren imponer que es lo que tenemos que ser, a que hay que aspirar, como vestirnos, etcétera, etcétera, etcétera.
Con lo años uno se la tiene que jugar y elegir ¿que cosa? El paradigma, el de lo normal o el de lo raro, el de la lógica reinante, lo común, o su opuesto la inexperiencia, la incertidumbre, lo loco, lo extravagante. 
Nuestra sociedad es demasiado cruel, cada ente que anda suelto no es nada sin está, pues eso es lo que necesitan de nosotros, que seamos un bloque de grises, un cuadro de manchas monótonas. Pero a su vez, esta maldita sociedad suele ser quien marca a quienes están dentro de cada sector y que características se tienen o cuales no. 
Creemos que ser “raro” es malo, o no malo necesariamente, sino que nos da una sensación de desorientación, solo por no encajar en el modelo ideal, y no podemos ver que en realidad mucha gente que se hace llamar normal sufre la pérdida de su personalidad por el solo hecho de buscar parecerse o de intentar ser aceptado por los “normales”, esos que según ellos, son los que hacen las cosas distintas pero que en realidad no ven que son una nube más en todo este cielo de tormento. 
Otra vez más dejamos que un grupo nos diga que es lo que de verdad tenemos que hacer. No debe ser así, ser “raro” no es malo, el ser distinto es seguir una idea propia o una idea que no suele ser común, pues si no mírese a aquellos que los llaman locos solo por hacer cosas que para el común de la sociedad no encaja en su forma de actuar, pero luego cuando estas ideas que rompen el paradigma triunfan, todos quieren subirse al tren del loco.
Todos quieren el amor del éxito, de la revolución, pero pocos se animan a romper el cristal de la mediocridad y saltar al vacío de la inexperiencia para así comenzar a construir un nuevo, pero no definitivo, paradigma.

Escrita el día 29/12/2016.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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