Siempre nos mintieron.

Siempre nos mintieron.


Que gran mentira nos han hecho creer. Años y años, siglos y siglos sosteniendo esta gran farsa, pero hoy se va a terminar todo, no voy a soportar un solo día más que se nos sigan riendo en la cara.
El hombre desde que nace hasta el mismísimo momento en el que muere recibe bajadas de línea constantemente ¿de quien? De todo el mundo, pero principalmente de nuestros padres, de los amigos, de la escuela, pero la más importante es la que nos dan los medios de comunicación masivos. Esos son la fruta podrida dentro de este gran canasto, ellos son los que nos pervierten y nos hacen adictos a un sentimiento irrefrenable, burdo y carente de sentido. Si hay que crucificar a alguien comiencen con ellos, pues ya bastante daño nos han ocasionado como para que su impunidad siga siendo base de la historia de la humanidad. 
Desde el mismísimo día que abrimos los ojos comenzamos a recibir un caudal de información extraordinario, que a medida que el tiempo pasa, se comienza a almacenar en nuestro desván. Así nuestro conocimiento se afianza y ante eso nos formamos como personas. Pero un día este sótano se llena ¿pero de que? De falsedades, de datos innecesarios que nos venden como la última y la gran primicia, pero muy pocas veces estas son tan trascendentes e importantes como dicen ser. 
Hoy no me voy a callar, me cansé de tener que vivir presionado día y noche por un concepto tan estúpido y vacío como el de ganar. ¿Que es ganar? ¿Quiénes ganan? ¿De qué nos sirve ganar? 
Nuestra enseñanza, pero más aún, nuestro minuto a minuto es una constante lucha por ganar, por ser el mejor. Pero … ¿para que? En serio ¿para que?. De nada sirve ganar, es una condición que nos lleva a un egoísmo extremo, pero más aún, a una realidad paralela tan grande que perdemos nuestra condición de humano. 
La idea de ganar va de la mano de la idea de ser alguien, de quedar en la memoria, pero nadie, absolutamente nadie queda en la historia por ganar. Esto es producto de que vivimos con la certeza, de que vamos a desaparecer, todo es tan efímero que estamos condenados al fracaso constante y al posterior olvido. 
Perder, fracasar, ser derrotado, esa es la única forma de ser, es este el momento donde llegamos a lo más profundo de nuestro ser, y no por una elección propia, sino más bien porque nos empujan al vacío. Porque perder es sinónimo de soledad, pues nadie quiere salir con un fracaso. Nadie quiere poner el pecho y recibir los tomatazos del abucheo. 
Pobres almas, solas y desamparadas, las que crean que la victoria lo es todo. Pobres las que crean que ganando uno es. Pobres, realmente pobres.

Escrita el día 21/4/2020.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

Comentarios

Tendencias.