Solo.

Solo.

Y acá estoy otra vez, estoy como lo estuve siempre, solo. Miro a mi alrededor y solo veo que tengo un lápiz y un papel, por lo que me veo obligado a relatar mi historia. Ya no quiero más nada que esto, me acostumbre a escribir en la oscuridad, a estar en el anonimato de lo que muchos piensan y que no se animan a decir.

Días como hoy siento que ya nada tiene sentido, me veo cerca de la meta y una vez más la interrupción se da allí. Cuando creí que ya nada podía salir mal, el dolor apareció, el destino se torció y me golpeó. Una vez más vuelvo a encontrar la espalda tuya que me dice que no, que no me deja mirarte a los ojos por última vez. 

Estoy convencido que el mundo espera que falle, siento que vivo en una selva donde la oscuridad y la humedad es el refugio natural de todos los que no se animan a correr, de todos los que están sobre los árboles viendo y juzgando todo lo que hago. Es una mirada egoísta pero real, quieren que caiga, que sea algo más del paisaje.

Estaba en mi cama mirando el techo y llegaste, senti que podia escapar del día a día, que ya no me importaba lo que quieran de mi. Sentí que vos eras mi cartel de salida en el fuego de mi soledad, te sentí como una posibilidad de escapar de esta prisión de máxima seguridad, soñé con que eras un oasis en medio del desierto, pero eso no fue así. Fuiste una ilusión, fuiste una traición, fuiste … Dijiste conocerme pero nunca supiste lo que sentí, o peor, no te animaste a saberlo. 

Afuera llueve y el agua empieza a entrar, no me importa. Si mañana me ahogo van a quedar cartas como estas y así todos van a poder mis fábulas de amor.

Escrita el día 1/3/2020.

Ig: jere.gonzalez.1

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