Volar, trepar, caer.

Volar, trepar, caer.


Somos entes inmortales, no tengo duda que eso somos. Siempre volvemos más fuertes, con más potencia y más ganas de chocar para así volver a caer, y ahí, cuando a uno lo toman por muerto, se resucita cual ave fénix y se emprende vuelo hacia lo más alto. Hacia una cúspide que nunca vamos a alcanzar, porque somos de esas aves que disfrutan más de su caída libre que de su vuelo triunfal. 
Después de que te vengan tus sueños y  que te los aplasten, uno se forma y nunca más espera que le jueguen limpio en esta vida. Haciéndose así cada vez más fuerte y yendo hacia eso que uno se propone, pero que a su vez sabe que es inalcanzable, pero no por el objetivo en sí, sino porque somos nosotros, los amantes de la derrota, los que emprendemos ese camino.
En la vida hay que elegir, siempre, blanco o negro, estar dentro o fuera, tomando caminos por tierra o por agua. El mundo hoy es incompatible y así nos obligan a pararnos en un lado u en el otro de la calle, nunca en el centro, nos demandan saber de que lado de la mecha nos encontramos, para así seleccionar que actitud tendrán para con nosotros, para así decidir si nos amaran o nos odiaran. 
Muchas veces cuando uno es chico no toman en serio las cosas que uno piensa y te dicen que deliras. Eso mismo es un buen punto para quemar un sueño, para destruirlo por el simple hecho de tu condición. Pero que chico va a pensar en eso ¿quien se va a plantear eso?. 
Al ir creciendo y enfrentándose a las distintas cosas, uno se ve relegado y ahí es cuando la vida te tira para atrás, pero hay que saber aprovechar dicho tirón para que nos dé un impulso hacia adelante y nos ayude a volar o a trepar alto como un monito, el que ahí va, dejando a todo lo que lo rodea y todos los que te impidieron trepar, abajo. 
Pero pese a que trepamos más y más alto, comienza a llegar el momento de sobrevolar el infierno, el momento de encontrar los juguetes perdidos de nuestra infancia. En el que nuestro sueños viven y donde se sale del cuarto oscuro para poder ver el brillo del sol, ese que solo conocimos desde la caverna en la que por años vivimos.

Escrita el día 26/12/2019.
Ig: jere.gonzalez.1
Tw: JereGonzalez99

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